La dieta de comida cruda está llamando la atención de muchos dueños, pero iniciarla no es tan sencillo como parece. Esto va más allá de simplemente comprar comida congelada para perros y cambiar su alimentación de la noche a la mañana.
Para una transición correcta, es esencial considerar múltiples aspectos. A fin de ayudarte con ello, ¡a continuación te damos 6 consejos para adoptar la dieta de comida cruda para perros!
1. Comprende la reacción inicial de tu mascota
Muchas mascotas están acostumbradas al alimento seco, por lo que es posible que les tome tiempo interesarse en la comida cruda para perros. Aunque no lo creas, se ve y se siente diferente; además, no tiene el mismo aroma intenso que las croquetas.
Por esta razón, es importante ser paciente durante el cambio. Mientras tanto, puedes hacer que la comida de tu engreído sea más tentadora añadiéndole pollo en trozos, un huevo o caldo de huesos bajo en sodio. También podrías intentar dorar ligeramente la carne para que libere un aroma delicioso, y reducir su cocción progresivamente hasta que esté completamente cruda.
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2. Haz una transición de 10 días
Un buen consejo para iniciar con la alimentación cruda para perros es tener un plan de transición de 10 días. Debes comenzar dándole a tu amigo peludo un 75% de comida seca con un 25% de comida cruda. Luego, aumenta la cantidad de comida cruda en un 25% cada pocos días.
A continuación, te damos un ejemplo:
- Días 1-3: Sirve un 25% de comida cruda con un 75% de comida seca.
- Días 4-6: Sirve un 50% de comida cruda con un 50% de comida seca.
- Días 7-9: Sirve un 75% de comida cruda con un 25% de comida seca.
- Día 10: Sirve el 100% de comida cruda.
Ten en cuenta que no todos los perros hacen la transición al mismo ritmo. Algunos pueden tardar más que otros, así que estate atento a los hábitos alimentarios de tu consentido; si no come alimentos crudos en los primeros días o le cuesta hacerlo, quizá debas prolongar el periodo de transición.
Asimismo, si tu mascota tiene un estómago sensible, es mejor introducir la comida cruda en pequeñas cantidades. Esto puede llevar más tiempo, pero te permitirá monitorizar su reacción y experimentar con distintas proporciones.
Durante todo este proceso, vigila las heces de tu can. Así sabrás si su sistema digestivo tolera bien el cambio o si es necesario hacer modificaciones en la dieta.
3. Equilibra proteínas, grasas y carbohidratos
Todas las necesidades energéticas de tu amigo canino provienen de tres fuentes: proteínas, grasas y carbohidratos. Incluir la proteína en su dieta es tan sencillo como comprar carnes o hamburguesas congeladas para perros, cortarlas o descongelarlas y ponerlas en su comedero.
El equilibrio de la grasa es importante, por lo que te recomendamos alimentarlo con un 10% a un 20% aproximadamente de grasas totales, incluidas otras grasas, como el aceite de pescado, que sueles añadir a su comida.
En cuanto a los carbohidratos, puedes ofrecerle una variedad de opciones como frutas, avena y camote. Estos alimentos aportan fibra, que es esencial para una buena salud digestiva.
4. Equilibra los minerales
La dieta cruda para perros también incluye minerales. Los huesos son una gran fuente de este micronutriente, responsable de activar todos los procesos metabólicos en el organismo de tu compañero peludo. Por eso, lo ideal es elegir algunas carnes que lo contengan.
Los cachorros pueden necesitar al menos un 12% de huesos para mejorar el crecimiento del esqueleto y el desarrollo de los dientes, mientras que la dieta de los adultos debe incluir entre un 10% y un 15%. Eso sí, asegúrate de que los huesos estén crudos, ya que los cocidos pueden secarse y crear peligrosos bordes afilados.
También debes elegir las piezas en función del tamaño de tu perro, y evitar siempre las más pequeñas. En general, sugerimos incluir lo siguiente:
Para perros medianos y grandes:
- Alas, carcasa y cuello de pollo.
- Alas, carcasa y cuello de pavo.
- Costillas, cuello y patas de ternera.
- Costillas, cuello y patas de cordero.
- Manzanos de res.
- Carcasa o cuello de pato.
- Costillas de cerdo.
Para perros pequeños:
- Cuello y alas de pollo.
- Cuello y alas de pavo.
- Patas de ternera.
- Manzano de res pequeño.
Te sugerimos congelar estos huesos por al menos 3 días y descongelarlos antes de dárselos a tu engreído para eliminar cualquier rastro de parásitos o patógenos. Si prefieres saltar este paso, también puedes conseguir huesos deshidratados o congelados listos para comer.
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5. Añade vísceras
Otro tip para darle comida cruda a tu perro es añadir vísceras, que son ricas en vitaminas y minerales. Puedes incluir estos tipos:
- Hígado
- Corazón
- Pulmón
- Riñón
- Tripa verde
Dado que el metabolismo de cada mascota es diferente, procura que el 5% de la dieta consista en vísceras. Si a tu consentido le gusta y lo tolera, aumenta gradualmente hasta el 20%.
6. No olvides las frutas, verduras y aditivos
Agrega frutas y verduras como el 10% de la dieta. El brócoli y la col rizada son una buena fuente de polifenoles, que combaten el cáncer y tienen propiedades antiinflamatorias. Los arándanos son beneficiosos para el cerebro, el sistema nervioso y los riñones, pero deben consumirse con moderación.
Considera incluir también huevos cocidos o revueltos sin condimentos, pues son ricos en vitamina D, y espinacas, que tienen manganeso, un mineral que muchos dueños olvidan en este tipo de dietas.
Ahora ya sabes cómo implementar la alimentación cruda en perros. Recuerda que antes de optar por ella, tienes que consultar con tu veterinario de confianza para que te recomiende una dieta adecuada según las necesidades específicas de tu engreído, como peso, tamaño y alguna otra condición de salud preexistente. ¡Esperamos que estos tips te hayan ayudado!
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